EL MARQUÉS DE MULHACÉN

Carlos Ibáñez e Ibáñez de Ibero fue un militar español nacido en Barcelona en 1.825 y muerto en Niza, Francia, en 1.891, que alcanzó el grado de General y se destacó por su labor científica en el campo de la Geodesia. La Geodesia, expresión que procede de los términos griegos ge (γη), que significa tierra, y daiso (δαιζω), que viene a significar división, es tanto una rama de las Geociencias o Ciencias de la Tierra - esto es, aquellas ciencias relacionadas con el estudio del planeta Tierra - como una Ingeniería que se ocupa del levantamiento y representación de la forma y de la superficie terrestres. Carlos Ibáñez comenzó en 1.853 su participación en la elaboración de un mapa general de España y en 1.861 ingresó en la Academia de Ciencias. Entre los años 1.872 y 1.891 fue el primer Presidente de la Oficina Internacional de Pesos y Medidas y fue también el primer Director del Instituto Geográfico y Estadístico desde 1.870 hasta 1.889, institución que, siguiendo sus propuestas, elaboró y publicó un mapa topográfico de España en escala 1:50.000. La importancia de ese mapa y su escala se comprenden al tener presente no sólo que en 1.866 se había adoptado la escala 1:100.000 para el mapa nacional si no también que en aquella época se consideraba que confeccionar el mapa de España a escala 1:50.000 era imposible debido a la superficie y relieve del territorio español. No obstante, en 1.875, y para sorpresa general, comenzó la publicación del mapa con la primera hoja, “Madrid-559”, un mapa y escala que con sus modificaciones han sido hasta 1.975 los usados por el Instituto Geográfico Nacional, fecha en que se adoptó la escala 1:25.000. Carlos Ibáñez inventó el denominado "aparato Ibáñez", regla que sirve para medir bases, y escribió “Estudios sobre la nivelación geodésica”, publicado en 1.864, y “Enlace geodésico y astronómico de Europa y África”, trabajo publicado en 1.880 en el que se refiere al enlace de la red geodésica española con la argelina, logro científico que le valió el título de Marqués de Mulhacén.


La medición que permitió el enlace geodésico se realizó sobre un arco de meridiano de 28º de amplitud propuesto por Carlos Ibáñez a la Asociación Geodésica Internacional en 1.866 que abarcaba desde las islas Shetland, en el Atlántico Norte y ligeramente por encima de los 60º de latitud norte, hasta el Sáhara en África. Los vértices geodésicos escogidos para efectuar desde ellos las correspondientes mediciones fueron en España Mulhacén y Tetica y en Argelia M’ Sabiha y Filhaoussen. Ya en 1.858 y durante la medición de la base de Madridejos comentó Carlos Ibáñez al Coronel de Ingenieros francés Aimé Laussedat (1.819-1.907), que había sido mandado como observador por su Gobierno, la conveniencia de que los Gobiernos español y francés estudiaran la realización del enlace geodésico y astronómico entre Europa y África. El Coronel Aimé Laussedat era un destacado científico que en 1.854 había sentado los fundamentos de la fotogrametría como disciplina científica en su artículo "Mémoire sur l’emploi de la chambre clair dans les reconnaissances topographiques" y del empleo del fototeodolito - híbrido de teodolito y cámara - y vino a observar las mediciones de Carlos Ibáñez cuando este había demostrado previamente la excepcional capacidad de sus métodos.

El Mulhacén, situado a 37º 03’ 12” de latitud norte y 0º 22’ 34” de longitud este del Meridiano de Madrid, que pertenece “a Sierra Nevada en la Cordillera Penibética, con una altitud de 3.482 metros sobre el nivel del mar es la montaña más alta de la Península Ibérica. Su nombre parece proceder del penúltimo Rey de la Granada musulmana, Muley Hacén ó Muley Abul Hassan ó Abu-l-Hasan 'Ali, del que dice la leyenda que fue enterrado en la cima de la montaña a que da nombre. Se cuenta que la bella Isabel de Solís, una noble cristiana hija del comendador de Martos Sancho Jiménez de Solís, fue llevada cautiva a La Alhambra y el Rey se enamoraría o quizás encapricharía de ella tan perdidamente que se descuidarían los asuntos de gobierno. Isabel se convirtió al Islam con el nombre de Zoraya, que significando en árabe “Lucero del Alba”, nombre que pudiera ser una alegoría de su legendaria belleza”. (Del artículo del mismo autor del que firma el presente titulado EL MULHACÉN Y EL LUCERO DEL ALBA).

Las tareas que debían llevarse a cabo para la consecución del enlace geodésico se encontraban recogidas en un convenio aceptado por españoles y franceses que planteaba la manera en que cada parte debía llevar a cabo las observaciones en sus territorios. Estas habrían de ser simultáneas en los cuatro vértices geodésicos empleando heliógrafos de día y luz eléctrica por la noche y haciéndose uso de idénticos instrumentos, maquinaria y métodos para reducir los errores. Las observaciones perseguían enlazar los cuatro vértices citados cerrar el polígono comprendido entre París, Madrid, Marsella y Argel gracias a observaciones astronómicas que se simultanearon. Por parte española dirigió la operación Carlos Ibáñez y por la francesa el Coronel Perrier (1.833-1.888), el cual en 1.868 había favorecido la instrumentación de la Geodesia con el empleo de los círculos acimutales.

En el Mulhacén fue preciso construir caminos y refugios para trasladar y alojar el personal y abundante equipo científico. Las observaciones se hicieron entre los días 9 de Septiembre y 4 de Octubre de 1878 mientras el mal tiempo hostigó a los expedicionarios e impidió que durante el día pudieran verse las señales que desde África se transmitían reflejando la luz solar por medio de heliógrafos. En el Mulhacén, que se constituyó en la clave de la operación, la expedición se salvó del fracaso gracias a que se usaron de noche, entre penalidades - el 19 de Septiembre un rayo dañó algunos instrumentos - y bajas temperaturas, las luces y otros instrumentos alimentados por primitivos generadores eléctricos basados en el vapor. Finalmente el éxito coronó los esfuerzos y la Reina Regente María Cristina concedió a Carlos Ibáñez, por medio del Real Despacho de 11 de Junio de 1.889, el Título de Marqués de Mulhacén.

Posteriores desavenencias con el Ministro de Fomento y Conde de Xiquena José Álvarez de Toledo y Acuña (1.838-1.898) motivaron que el Marqués de Mulhacén pidiera permiso para dirigirse a Francia. Ya en Niza su salud, quebrada antes de abandonar España, se agota y fallece a causa de una neumonía el 28 de Enero de 1.891. Carente su familia de recursos económicos los gastos del sepelio corrieron a cuenta del Ministerio de la Guerra siendo el Gobierno francés el que le tributó los debidos honores militares. Tras esto el Gobierno español argumentó no poder trasladar los restos mortales razón por la que reposan en un cementerio en Niza.

Necesaria resulta una breve reseña sobre la disputa suscitada en torno al Título de Marqués de Mulhacén. Heredado por el hijo de Carlos Ibáñez, en 1.964 lo reclamó José Antonio Vaca de Osma y Esteban de la Reguera, Gobernador Civil y Jefe Provincial del Movimiento en Ávila, argumentando que Carlos Ibáñez era primo cuarto de su bisabuelo. Poco después, pero ese mismo año, Albert Louis Dupont-Willemin lo reclama igualmente invocando ser bisnieto del primer Marqués, y en 1.965 Carlos Willemín Ibáñez de Ibero también alegando ser nieto. La situación se mantiene incierta y en 1.993 este último pretendiente se encuentra a punto de conseguir el Título después de que el Real Decreto 1.062/1.993, de 25 de Junio, rehabilitara el título de Marqués de Mulhacén a su favor, cosa que no consigue por cuestiones formales. En 1.999 la Diputación Permanente y Consejo de la Grandeza de España eleva al Ministerio de Justicia un acuerdo para la rehabilitación del Título a favor de Alberto Luís Henri Dupont-Willemin. El año siguiente el Consejo de Estado se manifiesta en el mismo sentido y se firma el Real Decreto 1.642/2.000 de 22 de Septiembre de rehabilitación del Título de Marqués de Mulhacén publicado en el Boletín Oficial del Estado número 245 de 12 de Octubre de 2.000 tras lo cual el Rey Juan Carlos I firma el correspondiente Real Despacho el día 21 de Noviembre de 2.000.

Carlos Ibáñez, que con la ciencia ayudó a unir dos continentes y conocer el globo terráqueo desde la cumbre cuyo nombre se tomó para darle el Título de Marqués, científico eminente, militar discreto, personaje distinguido olvidado por su Gobierno e ignorado por su país, enterrado en Francia tristemente ¡quién sabe si como Muley Hacén no deseara dormir el sueño eterno lejos de los mortales en las cumbres de Sierra Nevada y ante el Lucero del Alba! Obligado resulta preguntar si acaso no sería este el momento para que en la Granada cada día más volcada hacia la conmemoración del Milenio del Reino que Zawi ben Zirí creó en 1.012 se planteara rendir homenaje y recordar los logros del científico y Marqués de Mulhacén Carlos Ibáñez e Ibáñez de Ibero. En el momento de escribir estas líneas a finales de Mayo de 2.008 en Granada hay una calle con el nombre de Mulhacén pero en Barcelona se encuentran la Plaza de Carlos Ibáñez y la Calle del Marqués de Mulhacén…

Gonzalo Antonio Gil del Águila
Granada, 25 de Mayo de 2.008

(1) Un heliógrafo es un aparato actualmente en desuso que sirve para hacer señales telegráficas bien usando la reflexión de los rayos solares sobre un espejo movible bien interponiendo una especie de persiana cuya diverso grado de apertura o cierre implica que los rayos lleguen y se reflejen o no en el espejo.

2 comentarios :: EL MARQUÉS DE MULHACÉN

  1. En Madrid existe la calle General Ibáñez Ibero, en la que se encuentra la sede del Instituto Geografico Nacional. Saludos

  2. He sabido que hay varios marquesados libres en la nobleza de nuestro país¿Comó se podria conseguir uno?